viernes, 3 de agosto de 2012

LA MÚSICA DE "LA MUSA. NOVELA DE UNA OBSESIÓN"


Harry, solo de nuevo en su casa, intenta decidir si continuar con su trabajo mientras escucha los Rolling Stones. En esta dicotomía, el timbre suena justo cuanto empieza la canción "Symphaty for the Devil". 

El timbre.
En el reloj, la posición de las agujas era el único indicio que me hacía saber que en el exterior la ciudad dormía a medias. Las persianas permanecían cerradas, como de costumbre cuando intento que la soledad y el silencio sirvan para algo más que para recordar tiempos pasados que nunca fueron mejores, pero sí diferentes.
El tercer intento. Es la insistencia de alguien que sabe que estás ahí. Así que obligado por, no sé qué, abrí la puerta. Y por segunda vez en el umbral de mi casa, todo desapareció. Y si hubiera albergado alguna duda, (que no era la circunstancia) de lo que tenía que continuar haciendo, en aquel instante habría desaparecido.
                Llevaba una botella de vino tinto en una mano, y dos copas en la otra. Como una de esas escenas en conserva, gastadas ya, que adornan tantas páginas de tantas novelas. Un tópico había llamado a mi puerta. Y mi mundo se paralizó.
                Tengo copas. Lo sé, pero esta escena la escribo yo.
                Vestía con unos tejanos color gris, a juego con unas botas de medio tacón. Un jersey de lana, gris también, con un escote de pico, muy sugerente.
                Pasó por delante mía dejando tras de sí aquel aroma a jazmín que se mezcló con la oscuridad que parecía envolverla. Incluso la penumbra le favorecía.
—Me encanta esta canción —“Simpathy for the devil
                “Pleased to meet you hope you guess my name. Oh yeah
Ah what's puzzling you is the nature of my game.
Oh yeah.”
¿Quién estaba jugando ahora? ¿Quién de los dos era el Diablo?


ENRIQUE CABRERA

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