Es
la detective que se encarga de la investigación de los asesinatos relacionados
con las publicaciones de Harry. Casualmente es lectora de las obras de autor;
algo que no impide que lo considere sospechoso, pero que condicionará sus
acciones durante el desarrollo de las pesquisas.
Sandra está enfrentada
completamente a Harry en su visión de la realidad. Pero, a pesar de saber que
ésta es cruel, debido a su trabajo, intenta adaptarla a lo que ella cree que
debería ser. Compensa la distorsión del personaje de Harry, aunque
paradójicamente, es la responsable principal de la concepción que tiene el
escritor del mundo que le rodea.
La detective es apasionada, algo
que también contrasta con Harry. Lucha, de manera inconsciente, entre el
empirismo y los sentimientos. De forma consciente, en cambio, cree que es
completamente lógica en sus razonamientos. Por eso, de alguna manera, su
realidad también se ve afectada, principalmente cuando se adentra en los
personajes de las novelas de Harry en busca del móvil de asesino. Sandra, para
resolver el caso, quiere ver fuera de las páginas de los libros los mismos
indicios que el autor plasma en ellas: moviéndose en un estrecho pasillo de realidad entre la
ficción.
La personalidad de Harry, las
pruebas que encuentra fuera y dentro de los libros, los personajes de las
novelas, la ficción, la realidad... La trama va absorbiendo a Sandra, que se
deja llevar hasta casi parecer uno de los personajes de los libros que lee.
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