viernes, 22 de junio de 2012

LA ARROGANCIA DE LA RAZA HUMANA VI. EL ANTISEMITISMO HISTÓRICO


Si existe un ejemplo claro en la historia acerca de la arrogancia de una sociedad de creerse superior a otra,  ese es el antisemitismo. Es sin duda la forma de racismo o xenofobia más extendida a lo largo de los siglos, que propiciaron unas circunstancias funestas que jamás deberíamos olvidar.

He elegido este “movimiento” y no otro, por la brutalidad de proporciones bíblicas en contra del pueblo judío, y porque en la actualidad todavía podemos ver destellos de este pensamiento retrógrado.

Las singularidades del antisemitismo radican en su larga duración, en una procedencia religioso-cultural, y en la intervención de otros fines y motivos de índole social, económico y político. Por descontado, su impacto genocida en el Holocausto, lo refuerza como fenómeno determinante de la condición humana en la modernidad.

El movimiento antisemita proviene de la época helenista, pasando después por el imperialismo romano. La andadura judaica ha sufrido la intolerancia hasta llegar a la “supervivencia” en el Medievo. Más tarde llegó el nacionalismo moderno, de allí al racismo y al exterminio nazi. Continúa en la actualidad sin la máscara de la postguerra en diferentes contextos (igual que en el pasado).

No quisiera que se me entendiera mal si digo que las características mismas del judaísmo conllevaron el antisemitismo. El judaísmo aparece como minoría monoteísta en un mundo “pagano” (efectivamente, ni esta sociedad se libra de un aire arrogante, al considerar al resto como infieles por ser politeísta o no estar bautizados), con una marcada estructura constituida alrededor de un pacto ético y teológico-social. Lo que lo convertía en un grupo religioso y social muy diferente y prácticamente auto-excluyente, con sus propias normas y costumbres. Todo esto, el pensamiento que ellos mismos tenían de la sociedad que les rodeaba (paganos), su exagerado sentimiento de comunidad y sus grandes diferencias, fueron los ingredientes del caldo de cultivo para la discriminación y el hostigamiento.

Este antijudaismo pagano precedió y fue base para el antijudaismo cristiano. Y como allí donde hay religión, hay radicalidad; y las creencias son base firme para el desprecio del prójimo (consecución harto paradójica); el cristianismo le dio una dimensión teológica y metafísica que asumió el antisemitismo, de manera que la descalificación del pueblo judío era ya cuestión religiosa. Mal asunto.

El cristianismo y su influencia (adoctrinamiento) en Europa, extendió el perjuicio antijudaico. Alentando y apoyando actos de discriminación. Podemos hablar de la expulsión de los judíos en España y Portugal, la Santa Inquisición, las leyes de pureza de sangre… Como dato relevante, tendríamos que decir que no es hasta 1965, en el Concilio Vaticano II, cuando la iglesia rectifica la posición de la Iglesia respecto al judaísmo.

La característica fundamental de judaísmo como grupo social-religioso no los ayudó, sino todo lo contrario. Fue el argumento más potente para oponerse a una “incorporación ciudadana” ya que parecían estar al margen de la sociedad. Se comenzaron a rechazar los logros realizados por los “nuevos miembros” al persistir en su característica grupal, calificándolos de competencia socioeconómica. Se les atribuyeron a los judíos entonces intenciones de dominación y un supuesto poderío económico. El antisemitismo incorporé la ideología del peligro social, ya que las acciones del pueblo judío, en lugar de ayudar a la sociedad, la perjudicaría al actuar siempre y sólo en beneficio propio. De esta nueva oleada de ideas y conclusiones incorporadas al sentimiento antijudío, aparecen libros como “El judaísmo frente al germanismo” (1879) o “La Francia Judía”.

Si no podían incorporarse a la sociedad tal y como la sociedad quería que se incorporaran, y al ser dotados de un supuesto poder intelectual y material, consideraros un peligro… fueron calificados de extranjeros.

El pensamiento antisemita no estaba solo. Se teorizaron nuevas formulaciones como la “Inferioridad moral” (Voltaire) “Religión estatutaria” (Kant) “Pueblo sin historia” (Hegel). Se originaron nuevas agrupaciones políticas. La intención era combatir el poder de los judíos como solución global a los problemas de la sociedad.

Lo peor estaba por llegar. El avance del racismo en Europa y su inclusión en el seno del nazismo, tuvo como consecuencia alterar la figura del judío hasta deshumanizarla. Se puede pensar que el exterminio era una consecuencia lógica del camino que había tomado el antisemitismo. O que la aniquilación sistemática del pueblo judío por parte del nazismo fue un evento excepcional histórico. Sea como fuera, no podemos negar la interacción entre, antisemitismo, nazismo, exterminio. La destrucción de la vida judía fue para el nazismo un finen sí mismo. En contra de acciones históricas anteriores, no pretendía la conversión, sino la aniquilación.

El antisemitismo nazi sacó a relucir un concepto nuevo: “el darwinismo social”. Razas superiores e inferiores con una supuesta base científica. Teorías como la “pureza racial” basada en la selección natural y la supervivencia del más apto, dan una visión de la distorsión a la que se llegó en aquel momento de nuestra historia reciente.

Y esta es la realidad que no queremos ver.
El número de incidentes antisemíticos alrededor del mundo se duplicó de 2008 a 2009, de acuerdo con estudios de la Universidad de Tel Aviv.En 2009 fueron registrados 1,129 incidentes, un incremento de más de 100% según el estudio dado a conocer por el Instituto para el Estudio del Racismo y Antisemitismo en la Actualidad
El nazismo no “inventó” el antisemitismo, ni fueron los nazis los primeros en matar judíos. El antisemitismo es una ideología milenaria fundamentada en base religiosa, sustentada por exageraciones teológicas, avivada por mentiras y conclusiones irracionales, alimentada por pensadores y políticos, y exagerada por el nazismo. Pero sobre todo, mantenida por el miedo a la diferencia.

Nadie puede tirar la primera piedra, las sociedades simplemente son arrogantes con el resto, aunque cada una actúa de manera diferente. El resultado, por desgracia, siempre es el mismo.

ENRIQUE CABRERA

2 comentarios:

  1. Quizás haya echado en falta unas referencias finales al antisemitismo actual, causado principalmente (bajo mi humilde opinión) por la ocupación de Gaza y Cisjordania, y en general las políticas sionistas del Estado de Israel.

    Tristemente, la gente sigue confundiendo judaísmo, sionismo e israelita...

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  2. El antisemitismo es, desde hace mucho tiempo, un pensamiento ideológico. Una ideología que en la actualidad todavía no hemos sido capaz de erradicar. Pero introducir las circunstancias politoco-económico-religoso-racistas de la eterna disputa en Israel... hubiera sido excesivamente complicado. Pero llevas toda la razón.

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